sábado, 29 de agosto de 2009

El Día de los Abogados: Entre Alberdi y Nino



Siempre me han atraido las concidencias. Ellas ejercen sobre mi una fascinación casi mística. Por eso me atrae la obra de Paul Auster, muchas de cuyas novelas giran o explotan el tema de las casualidades... En su novela El libro de las ilusiones, Auster nos dice a través de uno de sus personajes: "Yo me considero un realista en el sentido más estricto de la palabra. El azar es parte de la realidad; continuamente nos vemos transformados por las fuerzas de la coincidencia"...

Un día como hoy, en 1810, nacía Juan Bautista Alberdi. En su honor se celebra en nuestro país el día del abogado y de la abogada. A pesar de los llamados de los amigos, que siempre reconfortan, este día tiene para mí un sabor un tanto amargo, pues también un 29 de agosto, pero de 1993, nos dejaba físicamente, a los 49 años, mientras trataba de contribuir al proceso constituyente boliviano en La Paz, otro enorme maestro del derecho, alguien que para muchos fue y sigue siendo un modelo de abogado preocupado por la construcción de una democracia constitucional fuerte y estable, un intelectual público que sin descuidar jamás el objetivo de dedicar su vida a la más sofisticada labor académica, también compartió los últimos años de su increiblemente productiva existencia a trabajar desde el gobierno o desde la sociedad civil para contribuir al mejoramiento de las instituciones de nuestro país, un ser generoso sobre todo con los más jóvenes, con los estudiantes y con esos abogados recién recibidos que tenían la rara idea de dedicarse a la academia y a la cosa pública. Me refiero a Carlos S. Nino.

Nino falleció el 29 de agosto de 1993, pocos días después de que almorzáramos con él, Owen Fiss, de visita por Buenos Aires, y algunos amigos y discípulos, la mayoría de los cuales jamás pudimos llamarlo Carlos. Comimos en el Café de Paso, un bar y restaurant sefaradí en Once, cerca de las oficinas del Centro de Estudios Institucionales, donde algunos de nosotros trabajábamos, en el elegante y alicaido edificio de los setenta balcones y ninguna flor de Pueyrredon y Corrientes. Un año después, en agosto de 1994, Owen Fiss volvió a Buenos Aires y volvimos a comer al Café de Paso. Owen recuerda aquel momento de este modo: "Ese agosto, cuando volví al Café de Paso, Carlos no estaba conmigo. Su ausencia fue dolorosa, y aquí no me refiero sólo al dolor personal, que fue mayor que el que puedo describir con palabras pues llegué a querer a Carlos como al hermano que nunca tuve, sino que hablo de un dolor público. Sabía que había tanto trabajo aún por hacer, no sólo en la Argentina, sino en todo el mundo. Aunque Carlos no estaba conmigo, yo no estaba solo, pues había traído a ese lugar al que Carlos le gustaba ir a almorzar a los jóvenes: esta vez se sumaban a Martín Bohmer y Roberto Saba un grupo de alumnos americanos que participaban de un programa de intercambio que Carlos ayudó a poner en marcha entre Yale y el Centro de Estudios Institucionales... Que estuvieran los jóvenes conmigo me ayudo mucho. Mirando alrdedor de la mesa, me di cuenta que Carlos los había expuesto a libros e ideas nuevas para ellos y sobre los cuales nunca habían escuchado, ni siquiera soñado. Me di cuenta que él les había ampliado sus miradas del modo en que un maestro debe hacerlo. Supe que Carlos seguría vivo a través de sus enseñanzas y de las instituciones que el construyó y a las que dio forma. Aun más, me di cuenta que Carlos había credo para sí una forma de vida muy particular y que a través de su ejemplo le mostró a los jóvenes - no, en verdad a todos nosotros - cómo podíamos abrirnos paso en este mundo y quizá, si los dioses son generosos, lograr para nosotros la inspiradora nobleza que él tenía" (Owen Fiss, 1994).

Quiso el azar, ese aspecto crucial de la realidad, que por siempre recordemos en este mismo día a dos de los más grandes arquitectos de nuestro derecho constitucional, cuyas ideas tuvieron la fuerza imparable necesaria para seguir influyendo en nuestras discusiones, en nuestras clases, en nuestros escritos y en nuestras decisiones públicas hasta el presente. Desde Sabático, este humilde homenaje a ambos.



A continuación, reproduzco palabras de algunos de los mayores pensadores de nuestro tiempo sobre el que me enorgullese llamar mi maestro y mentor, aquel que me condujo hasta las puertas de un mundo y que, a pesar de haberse ido, sigue acompañandonos cada día que alguna de sus ideas nos ayuda a salir del laberinto en el que nos metimos...

Carlos Nino was a publicly engaged intellectual of rare integrity and brilliance. In his dedication to human rights, the rule of law, and constitutional legitimacy he combined passion with wisdom and analytic clarity. His inexhaustible courage in fighting to restore decency to his nation provides a model for others working in the wake of dictatorship. We are fortunate to have in his writings a record of his remarkable thought and experience.
Thomas Nagel

Carlos Nino was an extraordinary combination of theoretical philosopher, practical statesman, and heroic patriot. His work engages and repays attention at all three levels.
Ronald Dworkin

Carlos Nino was a brave man and an admirable philosopher who did his country notable service on the basis of a robust belief in liberal political values and universal human rights. His philosophy argues clearly and strongly for a foundation of the values which were expressed in his life.
Bernard Williams

The untimely death of Carlos Nino has deprived Latin America of one of its leading activists for constitutionalism, and it has torn from the international community of constitutional scholars one of its best and brightest. Carlos Nino was notably not only for his political wisdom and courage, but also for the unusual sophistication and cosmopolitanism of his constitutional thinking.
Stanley N. Katz

Carlos Santiago Nino died in 1993 at age 49. He was an unusual combination of philosopher, lawyer, activist, and scholar whose passion for ideas was equalled only by his passion for life. That life was cut short, but Nino's ideas on human rights, ethics, justice, and democracy are still here to enrich discussions and stimulate debate.
Dorothy V. Jones

Para más información sobre la obra de Nino, ver el site de Pablo Stafforini acá, de donde saque estas frases.

4 comentarios:

GB dijo...

Gracias por el recuerdo de Nino! Cuanta producción y cuanta influencia dejo!

Anónimo dijo...

A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos..(Borges)

Anónimo dijo...

Que increible la corta vida del señor Nino y la trascendencia de su obra juridica. Es digno de admiración.

Roberto de Michele dijo...

Roberto,
entre tarde a este post. Gracias por haberlo escrito.
Abrazo
Roberto

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...