sábado, 24 de mayo de 2008

Obama sobre América Latina

Algunos tramos del discurso de campaña de ayer de Barak Obama sobre América Latina:

"Es tiempo de una nueva alianza de las Américas"

"Después de ocho años de políticas desastrosas de George Bush, ha llegado la hora de avanzar la diplomacia directa, con amigos y enemigos, sin precondiciones".

Si se convierte en presidente, dijo desde Miami, impondrá una "nueva estrategia" hacia Cuba y en la lucha contra la pobreza, la inseguridad y las drogas.

Los vínculos ya no serán, dijo, entre las cúpulas del poder político y económico, sino dirigida a ayudar a los pobres de la región. Estados Unidos será "otra vez un faro de esperanza y una mano que ayude", agregó.

"Hemos fracasado en conectarnos con la gente de la región con el respeto debido a un socio".

Para revertirlo, prometió medir "sus resultados no a través de acuerdos entre gobiernos, sino por medio de las esperan zas del chico en las favelas de Río, la seguridad del policía de la Ciudad de México y las respuestas a los gritos de los prisioneros políticos en las cárceles de La Habana".

Obama ofreció su agenda para la región: mantendrá el embargo a Cuba, pero levantará restricciones y se mostró dispuesto a levantar por completo el bloqueo comercial si el régimen impulsa reformas; criticó en términos durísimos a Chávez; y apoyó a Colombia contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), aún si las persigue a través de sus fronteras con Ecuador o Venezuela.

Condicionó su apoyo a los acuerdos de libre comercio: "No podemos aceptar un comercio que enriquece a aquellos en la cima mientras corta los peldaños de abajo".

Por eso votó en contra del Acuerdo para América Central (Cafta, por sus siglas en inglés) y rechazó el pendiente con Colombia, pero apoyó el modificado con Perú.

La Argentina sólo recibió una mención sobre el final de su discurso. Fue cuando anticipó que evaluará "las oportunidades y riesgos de la energía nuclear en el hemisferio sentándonos con México, Brasil, la Argentina y Chile".

Elogió al presidente mexicano Felipe Calderón por su nombre y le prometió su ayuda, pero también marcó deficiencias en su país.

En cuanto a Lula, destacó su liderazgo en etanol: "Podemos aprender del progreso alcanzado por un país como Brasil".

Cuba, en tanto, concentró la mayor cantidad de alusiones directas -una veintena-. Dijo que el régimen de los hermanos Castro creó "un terrible y trágico statu quo ". Pero también denunció la política seguida por Estados Unidos por décadas, la que "no ha hecho nada por impulsar la libertad pa ra el pueblo cubano" y prometió imponer "una estrategia de cambio".

"Mantendré el embargo", aclaró. Y también dijo que autorizará "de inmediato y sin límites los viajes y el envío de remesas a la isla".

Además transmitirá un mensaje a La Habana: "Si dan pasos significativos hacia la democracia, empezando con la liberación de todos los prisioneros políticos, tomaremos medidas para empezar a normalizar relaciones".

Para Obama, la línea adoptada por Bush hacia Cuba, compartida por el candidato republicano John McCain, sólo ofrece "palabras duras" pero nulos resultados. A ellos, dedicó numerosas y variadas críticas. "Es tiempo de impulsar una diplomacia directa, con amigos y enemigos por igual, sin precondiciones", dijo.


Diplomacia agresiva

Si Cuba concentró más líneas de su discurso, las palabras más duras se las dedicó a Chávez, al que calificó de "demagogo" y como uno de los "matones autoritarios" del hemisferio. "Su predecible pero pelig rosa mezcla de retórica antiestadounidense, su gobierno autoritario y su diplomacia de chequera ofrece la misma falsa promesa de las ya intentadas y fallidas ideologías del pasado", dijo.

"Chávez es un líder electo democráticamente -reconoció-. Pero también sabemos que no gobierna democráticamente. Habla de la gente, pero sus acciones sólo benefician su propio poder."

Y fijó una línea clara y controvertida de acción si arriba a la Casa Blanca: "Apoyaremos por completo la lucha de Colombia contra las FARC. Trabajaremos con el gobierno para terminar con el reino del terror de los paramilitares de centroderecha. Apoyaremos el derecho de Colombia a atacar a los terroristas que buscan zonas protegidas del otro lado de sus fronteras. Y echaremos luz sobre cualquier apoyo a las FARC que provenga de gobiernos vecinos".

Parte de la culpa por la expansión chavista, sin embargo, la centró en el "vacío" que produjo la falta de iniciativa de la administración Bush, lo que también destacó que aprovecharon los europeos, China y hasta Irán para ampliar su influencia. Eso cambiará, anticipó, si él sucede a Bush en enero de 2009. "Impulsaremos una diplomacia agresiva, basada en principios y sostenida desde el día uno", anunció.

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