martes, 21 de abril de 2009

El Dengue y las Mujeres

Por Mabel Bianco* | 7.4.2009
Publicado en Artemisa Noticias

Mujeres y varones no tienen los mismos riesgos de contraer dengue. Las malas condiciones de higiene, la nutrición deficiente, los múltiples partos y los roles de madres y amas de casa las hacen mucho más vulnerables ante la enfermedad. Además, la infección evoluciona en ellas más rapidamente que en varones, y también con mayor gravedad.

El dengue es y será una enfermedad vinculada a la pobreza. Las condiciones de la vivienda y el ámbito que la rodea, así como las formas de provisión de agua –aunque no sea potable- y de eliminación de residuos, son factores claves en su proliferación. A esto se agrega que el mosquito, vector imprescindible para transmitirlo, vive y se desarrolla en ese ambiente con malas condiciones de higiene y acumulación de aguas contaminadas.

Esas son las condiciones para la proliferación de mosquitos, pero cabe preguntarse ¿qué pasa con las personas y su vulnerabilidad? Porque el mosquito no diferencia entre mujeres y hombres cuando pica, sin embargo hay diferencias respecto a quiénes pica. Las mujeres son las que más tiempo están expuestas en el ámbito de la vivienda y sus alrededores, porque están más horas en el hogar y es allí donde suelen trabajar. Por tanto ellas son las más frecuentemente picadas. ¡Esto es una diferencia!

Pero también hay diferencias en qué les pasa o cómo reaccionan las personas según su género cuando son inoculadas por la picadura. ¿Responden igual hombres y mujeres pobres? Allí radica otra diferencia que quiero resaltar. Porque ellas suelen estar en peores condiciones de nutrición, no solo por la mala y pobre alimentación, sino también por bajas defensas y capacidad de reacción ante las enfermedades, en parte por los múltiples partos y lactancia de sus hijos, así como otros problemas ginecológicos. Por lo tanto, la infección evoluciona en ellas más rápidamente y también con mayor gravedad. Por eso no es casual que hasta ahora, las mujeres son las que más figuran entre las personas muertas por dengue.

Agreguemos que en este caso, como en el de otras enfermedades, las mujeres cuando en el grupo familiar hay varios enfermos simultáneamente, se ocupan más de atender a los otros integrantes de la familia y postergan su propia atención y cuidado. Esto genera un mayor descuido de su salud y que lleguen al hospital o Centro de Salud en estados más avanzados de la infección, y muchas veces más difíciles de curar. Por eso, si bien ser mujer o varón parece no tener importancia frente al dengue, no es así, como ocurre con la mayoría de las enfermedades y los problemas de salud: es distinto y es algo a tener en cuenta.

Por último, se sabe que las mujeres, los/las jóvenes y los/las niños son los preferidos de la pobreza. Esto no es novedad y los datos recientemente difundidos acerca de cómo aumentó el número de subsidios a madres de 7 o más hijos/as en el país desde el 2003 es un indicio de que la pobreza aumenta, a pesar de loas estadísticas optimistas del INDEC. Por eso ellas están más expuestas a vivir en viviendas precarias, con peores condiciones de higiene, con muchos hijos/as y bocas para alimentar, y ahora para el dengue con mayor riesgo de ser picados por los vectores, de infectarse y de padecer formas más graves, e incluso de morir.

Siempre en salud, el género tiene importancia porque genera diferencias entre mujeres y hombres que impactan e influencian el estado de salud-enfermedad y su evolución. Esto es algo muy conocido sin embargo no por ello enfrentado, por eso nunca en las escuelas o facultades de Medicina se habla de género, ni se enseña qué es eso, con lo cual siguen graduándose médicos, hombres y mujeres que ignoran esto, algo básico y fundamental para plantear conductas terapéuticas y mucho más preventivas. Y no me refiero al sexo, sino a las diferencias sociales, culturales, económicas, laborales, de sometimiento y dependencia característica del ser mujer, o sea de género, lo que las convierte a ellas y a las niñas en más vulnerables. ¡Esto también ocurre en el caso del dengue!

(*) Mabel Bianco es médica y Presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer-FEIM

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